Desde que el ser humano existe siempre ha tendido a rendir un especial culto al cuerpo. De ahí que desde el punto de vista estético la boca también adquirió su importancia.
Los dientes apiñados han sido y son un problema desde la Antigüedad, la primera vez que se refleja en un texto sería en el tratado de Hipócrates de Cos, que habla sobre la mala posición de los dientes y su corrección. Ya en tiempos de los romanos se extraían dientes de leche que tardaban en caer con el fin de que los nuevos tuvieran su espacio.
Pero no será hasta el siglo XVIII cuando comienza a desarrollarse la odontología como tal. Diversos autores escriben tratados sobre la posición dental, como la obra Tratamiento de las irregularidades dentarias, del francés Pierre Fauchard, que ideó un sistema de enderezamiento de los dientes a partir de hilos de seda u oro y una banda de plata que servía de férula para corregirlos. Por su parte, el inglés Fox habla sobre la mordida y cómo modificarla, a partir de un aparato formado por dos tubos de marfil que se atornillaban a una banda de oro o plata que subsanaba la mordida cruzada. Estos dispositivos se utilizaron durante años hasta bien entrado el siglo XIX.
Para mediados del siglo XIX la odontología ya está implantada, aunque los estudios se dedican especialmente al crecimiento maxilar y mandibular y las correcciones serán cada vez más a modo ortopédico, que terapéutico.
Si quieres conocer que ocurrió a partir del siglo XIX con la ortodoncia sigue nuestro Blog la semana que viene. Y si tienes un problema de posición dental ven a nuestra Clínica Dental Vallespir.