Probablemente hayáis oído hablar o conozcáis a alguien con la que se denomina sonrisa gingival. Se considera que existe cuando la altura de la encía que vemos al sonreír es superior a los 4 mm y por tanto se aprecia una desproporción entre el tamaño de los dientes y el de la encía.

Esta falta de armonía entre la encía, el tamaño de los dientes y la posición del maxilar superior, así como la longitud del labio superior y el movimiento que hace cuando se extiende en la elevación al sonreír es lo que provoca esa perspectiva estética que no nos gusta. Y, ¿qué más factores influyen en que se haya producido esta sonrisa gingival?

• Si los dientes han salido de manera errónea, lo que produce que se vea esa excesiva zona de encía.
• Si el labio superior es hiperactivo también puede que suba más de lo esperado, por lo que queda a la vista parte de la encía.
• A veces el desgaste de los dientes va acompañado del acortamiento de los mismos y pueden verse más cortos respecto a las encías.
• Cuando los dientes superiores son prominentes o si el maxilar superior está más adelantado de lo normal al resto de la cara.

Dependiendo del origen de la sonrisa gingival podrá o no corregirse de uno u otro modo. Así, si los dientes son más cortos de lo usual, lo que se puede hacer es eliminar el exceso de encía. Si los dientes son prominentes habrá que emplear una ortodoncia para corregir el problema y, en consecuencia, atajaremos el problema de la encía.

En cualquier caso se trata de un problema de apreciación y de estética que conviene consultar con especialistas para que nos den una solución acorde a nuestras necesidades concretas.